Durante la Conferencia Nacional sobre la Discapacidad, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha afirmado que «el derecho a la vida sexual» otorga «dignidad» a las personas con discapacidad.
El anuncio de que el Gobierno francés estudia legalizar la asistencia sexual a personas con diversidad funcional, ha llegado después de que su secretaria de Estado, Sophie Cluzel, adelantara que consultará la opinión de las instancias pertinentes sobre la legalización de esas prácticas, como ya sucede en Alemania, Países Bajos, Bélgica o Suiza.
La asistencia sexual consiste en prestar apoyo para poder acceder sexualmente al propio cuerpo o al de una pareja (y como tal es un derecho). Tareas que no puede hacer por sí misma: explorar su cuerpo, masturbarse, conseguir posiciones y/o movimientos en prácticas sexuales con otra persona.
La persona asistida no accede sexualmente al cuerpo de la persona asistente: no hay besos, abrazos, coito, caricias, sexo oral, etc. Ese tipo de prácticas son propias de otros trabajos sexuales, no de la asistencia sexual.