“Yes, we fuck!” y la asistencia sexual

Posporno [7] y eyaculación de coños [8]. Recuperando nuestros cuerpos y su representación

Si hasta aquí hemos destacado la conexión entre la cotidianidad de la vida independiente de las personas con diversidad funcional y la vivencia de una sexualidad emancipada, no es menos cierto que buena parte de nuestra relación con el hecho sexual queda circunscrita más al pensamiento que a las prácticas, más a nuestra gestión de las imágenes que la cultura, la pornografía y la ciencia generan en nuestra mente que a experiencias reales. Dicho de otra manera, la representación de la sexualidad es importante no tanto porque muestre una realidad sino porque la construye. De ahí que las otras dos historias de “Yes, we fuck!” sean talleres que inciden en la importancia de reapropiarnos de nuestros cuerpos y su representación, uno sobre posporno y diversidad funcional y el otro sobre la eyaculación de los coños.

El posporno, como herramienta política que busca reciclar esa poderosísima máquina de creación de subjetividad que es el porno, nos habla de una sexualidad diversa en los cuerpos, los deseos y las prácticas, libre de sexismo y capacitismo, empoderadora de los sujetos subalternos, descoitocentrada y capaz de sexualizar todo el cuerpo. En definitiva, el lenguaje audiovisual ideal para crear un nuevo imaginario colectivo de la sexualidad de las personas con diversidad funcional mediante una autorepresentación que materialice el tránsito de objetos al servicio de otras miradas a sujetos enunciadores de nuestros propios deseos y placeres.

La visibilización de la eyaculación de los coños, una realidad ignorada por la ciencia patriarcal hasta la popularización de internet, reivindica el conocimiento desde la vivencia encarnada y la recuperación de los cuerpos de las mujeres para el placer, para una sexualidad mucho más allá de la reproducción. Cuando, además, en el taller participa una mujer ciega, se hace aún más clara la lucha común que los feminismos y las personas con diversidad funcional compartimos por despatologizar nuestras corporalidades y rescatarlas para un goce que resulta inútil a ojos de un capitalismo tan capacitista como sexista.


[7] Movimiento político y artístico que se reapropia del lenguaje visual del porno para proponer otras representaciones de la sexualidad con otras corporalidades, identidades, deseos y prácticas
[8] Término utilizado por activistas transfeministas para referirse a la “eyaculación femenina”